miércoles, 8 de septiembre de 2010

Seaswarm: robot que limpia derrames (MIT)

Nuestra civilización es una voraz consumidora de petroleo, y parece que lo seguirá siendo durante todo el tiempo posible. Mientras que el subsuelo siga entregando este oscuro mejunje, lo siguiéremos utilizando para mover coches, impulsar generadores eléctricos, fabricar plásticos, tinturas y cientos de productos más. Sin embargo, tanto su explotación como su transporte suelen sufrir accidentes, eventos terribles -desde el punto de vista del daño ecológico que causan- que suelen terminar con la “salud” de ríos, mares y océanos. Los sistemas que utilizamos en la actualidad para limpiar el agua, eliminando los residuos de hidrocarburos que flotan en ella son -por calificarlos con indulgencia- bastante ineficientes. Para enfrentar el problema que generan los mencionados derrames,  los ingenieros del MIT (Massachusetts Institute of Technology) han construido un robot llamado Seaswarm que promete ser mucho más económico y eficiente que todo lo visto hasta ahora.

Seaswarm es un robot acuático, algo bastante lógico dado que ese medio es el sitio en el que se encuentra el problema que debe resolver. Dispone de una superficie móvil, muy parecida a una cinta transportadora convencional, que se encarga de llevar al agua contaminada hacia una red construida con nanocables de carbono que se encarga de filtrarla. Según informa el MIT, este robot puede recolectar hasta 20 veces su propio peso en petroleo, que además es “procesado” en el mismo dispositivo. ¿Que significa eso? Que una vez separado del agua, el combustible recolectado por la “esponja” de nanotubos es calentado y quemado por el robot. Si bien quemar petroleo puede parecer una idea poco feliz desde el punto de vista ecológico, el daño que esto provoca es menor que el impacto que posee esa viscosa capa flotando sobre el mar. Además, no tenemos que olvidar que en primer lugar ese petroleo fue extraído para ser utilizado casi en su totalidad como combustible de coches o generadores eléctricos, por lo que el impacto de su quema no es algo que se hubiese evitado si el derrame no se producía.



El robot mide unos cinco metros de largo y dos de ancho. Utiliza la energía proporcionada por un panel de celdas solares para funcionar y, según explica Assaf Biderman, uno de los directores del proyecto, Seaswarm “es una especie de alfombra rodante capaz de recoger el petróleo mezclado con agua y descartarla.” Para ser capaz de enfrentar un derrame de las proporciones del producido en el Golfo de México habrá que construir una verdadera flotilla de robots.  Biderman dice que Seaswarm no trabajará solo. “La idea es construir una flota de miles de robots  y dejarlos funcionar durante varios días.” Mientras no surjan desperfectos, los Seaswarm se “comerán” el petroleo del derrame devolviendo la salud al espejo de agua. El sistema, gracias a su sencillez, tiene buenas probabilidades de funcionar. Esperemos que cuando ocurra el próximo desastre de este tipo Seaswarm esté preparado para realizar su trabajo.

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